Solo tengo palabras de agradecimiento ★★★★★

Empecé a estudiar italiano para poder solicitar la ciudadanía por matrimonio. Cuando me dijeron que el proceso llevaba por lo menos tres años, ¡creí que no lo lograría! Tengo 48 años, soy madre de tres hijos, trabajo y mis tiempos no eran los más flexibles. Al principio, todo me costaba porque no tenía ni idea del idioma, ¡hasta leer parecía como estar en primer grado!

Con la profesora Grisel —que fue increíble y súper paciente— me ayudó a confiar en mí. Ella siempre me alentaba a continuar. Las clases no fueron solo gramática pura, sino una combinación perfecta entre pronunciación, gramática, vocabulario, comprensión y, por sobre todo, el amor por la cultura italiana. Solo alguien que realmente ama lo que hace puede transmitir eso.

Pasó el primer año, que fue intensivo, hice el 1er y 2do juntos, luego pude hacer el tercer año completo y al terminar rendí el examen B1. ¡Y no solo aprobé, sino que obtuve excelentes notas! Como era de esperar, no pude dejar de estudiar y continué un año más. Ese amor por el italiano y por Italia dejó una huella enorme en mí.

Tanto así, que tuvimos la suerte de viajar a Italia con mi familia para poner a prueba todo lo aprendido. Creo que fue el mejor premio que podía recibir. ¡Fue increíble! Comprendía tours completamente en italiano, y todo lo que había aprendido estaba ahí. Al regresar, toda la familia quería empezar a estudiar italiano. ¡Obvio que les recomendé a Grisel! Y a todo el que me pregunta también.

Solo tengo palabras de agradecimiento para la migliore insegnante, la mía professoressa Grisel.